NEOSAPIENS / Zdzislaw Beksinski: Un Bello Infierno en el Horizonte

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NEOSAPIENS: Aurora biológico-espiritual de carácter cualitativo que se alza sobre los campos de la raza humana, fértiles por las leyes ciegas de lo cuantitativo; destellando edades tras edades los deslumbrantes rayos del genio creativo de aquellos que de una forma o de otra están más allá del estado evolutivo delimitado por las fronteras del Homo Sapiens. Al menos ese es el concepto que vemos resguardado en la palabra como los fulgores eternos dentro del diamante. Concepto que le cae como anillo al dedo al título de la sección que estrenamos hoy, y que verá la luz el primer lunes de cada mes. En ella le ofreceremos a modo de galería una pequeña selección de las obras de un genio de las artes visuales, no importa si ya es una gloriosa leyenda pasada o es un Neosapiens contemporáneo, cuya imaginación nos enceguece por la oscuridad de su alma y la luz de su fantasía. Y como los creadores que canalizaremos a través de esta sección deben estar en consonancia con el imaginario espiritual que sostiene la realidad de este Blogzine, es decir: la fantasía que permea las obras de los autores imaginativos, no imaginamos una divinidad del panteón de lo visual que sea más digno de inaugurarla que, Zdzislaw Beksinski.

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Este renombrado pintor polaco nació un 24 de febrero de 1929, en la ciudad de Sanok, al sur de Polonia, y fue encontrado asesinado el 21 del mismo mes del 2005 en su apartamento de Varsovia. Ya habíamos planteado la tesis en la primera entrega de la serie de artículos de la sección Alterecos4.D, titulada, «Zothique: La Visión de un Mágico Final», que el mundo fantástico  de Beksinski, es un hermano gemelo del de Clark Ashton Smith, tanto en lo que le sugiere al espíritu como en su oferta para los sentidos. Y este pacto de ultratumba acordado por ambas imaginaciones se expresa de manera más fiel en la afinidad entre el lenguaje poético de Smith y los hermosos colores que permean la obra de Beksinski; colores que son más bien el aura de los mundos que nos ofrece; mundos de una belleza crepuscular en los cuales nuestros sentidos caen golpeados bajo el palpable silencio que medita en cada una de sus obras. Fantasía de una oscura espiritualidad que sin dudas —y a nuestro entender—, le da la bienvenida a los sentidos físicos y espirituales de todos aquellos que la contemplan: al infierno más bello, que hasta ahora, se ha siluetado en el horizonte de la imaginación creativa en las artes visuales.

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• Luego de estudiar arquitectura en Kraków, retornó a Sanok en 1955, donde paso varios años como supervisor de obras… lo cual odiaba. En esa misma época se interesó por la fotografía artística y el fotomontaje, la escultura y la pintura.

 

• Hizo escultura de yeso, metal y alambres, mientras sus fotografías mostraban una serie de temas que posteriormente aparecerían en sus futuras pinturas: como rostros arrugados, paisajes y objetos con una textura totalmente magullada (lo cual enfatizaba especialmente por los juegos de luces y sombras). Estas también describían imágenes inquietantes: como un bebe muñeca mutilado y con su rostro torcido, o retratos de personas sin rostros, o con sus rostros envueltos en vendajes.

 

• Sus primeras pinturas fueron abstractas, pero a través de los años 60’s su inspiración surrealista se hizo más manifiesta. En la década de 1970, él entra en lo que llamo «su periodo fantástico», el cual duro hasta finales de los 80’s. Este es su periodo mejor conocido, durante el cual creo imágenes verdaderamente perturbadoras; mostrando un entorno surrealista y post-apocalíptico; con escenas de muerte y decadencia muy detalladas, y paisajes llenos de esqueletos, figuras deformadas y desiertos.

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• La exhibición de su trabajo tuvo desde el principio un éxito rotundo. Una prestigiosa exhibición en Varsovia, en 1964, resultó ser su primer gran éxito ya que todas sus pinturas se vendieron. En los 80’s, su trabajo ganó popularidad en Francia, gracias a las gestiones de Piort Dmochowski, junto con un significativo reconocimiento en la Europa occidental, Estados Unidos y Japón.

 

• A principios de los 90’s su arte consistía principalmente en una serie de cruces y retratos surrealista. Las pinturas de esta serie eran menos morbosas que esas pertenecientes al periodo del «realismo fantástico», si bien eran igual de poderosas. Hacia al final de esa década descubrió la computadora, el internet y la fotografía digital, medio en el cual se enfocó hasta su muerte.

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• Siempre ejecutaba sus pinturas y dibujos de dos maneras, las cuales llamaba respectivamente «Barroco» y «Gótico». La primera dominada por la representación y la segunda por la forma.

 

• Nunca tituló sus trabajos. Mientras trabajaba le gustaba escuchar música clásica, pues odiaba el silencio… Ese silencio intuitivo que podemos respirar en cada uno de sus trabajos, sin importar que expresen movimiento.

 

• Se cree que esas majestuosas visiones fueron experiencias reales en los mundos internos mientras estaba bajo un estado de coma. No se tiene constancia objetiva de ello… Pero claro que es posible.

 

 

 

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Odilius Vlak.