Día: 24 de enero de 2011

INTROVISION / La Melodía del Caos

Hay quienes dicen que la melodía del caos primigenio no es armoniosa; pasando por alto el hecho de que pese a ello… es una melodía hermosa. La melodía del caos es pulsada por cada una de las no existentes manifestaciones, de cada una de sus entidades embrionarias. Así que es una melodía hambrienta de Ser. Y como no posee aún su propio Ser, atraviesa el universo cazando todas las formas manifiestas, alimentándose de ellas. Es la versión Black Metal de la Música de las Esferas; las pesadillas que, Azathoth, expulsa en su vómito nuclear desde el centro del infinito, y que ilustran sus caleidoscópicas escenas en los estremecimientos de la carne asombrada.

Moviéndose furtivamente a través de los invisibles pasillos de la Energía Oscura que hace elástico nuestro universo, la melodía del caos penetra en nuestro mundo por medio de la quieta carne de los cadáveres. Pues sólo con la perfecta combinación matemática de la paradoja de lo manifiesto que es al mismo tiempo inmanifiesto, puede la melodía manifestarse en el Ser de todos los seres, incluyendo los humanos, que son sus presas favoritas. Iniciando de esta manera su cruzada de permutación de identidades en todos aquellos con el oído lo suficientemente maldito como para escucharla.

Tener el privilegio de escuchar la melodía del caos, es la suprema iniciación. Sentir como un viento suave pero afilado, va escribiendo los signos musicales de la melodía con las heridas invisibles que causan sus soplidos en nuestras almas. Mientras, al mismo tiempo suena en nuestro Más Allá Interior la melodía del caos, ejecutada por cada una de las no existentes manifestaciones de cada uno de los embriones danzantes alrededor de Azathoth. Haciéndonos partícipes de esta manera, de un aquelarre sin principio ni fin; sin tiempo ni espacio. En el cual, en un viaje de avance y retroceso a través de todas las dimensiones, y, teniendo como punto de referencia nuestro propio Ser, iremos experimentando todas las manifestaciones de éste en el pasado, y experimentaremos todas las del futuro, divididas ambas experiencias sólo por la existencia de un espanto. Algunos, prefieren permanecer navegando en el océano de tiempo rebosado por el propio caos de sus manifestaciones, viviendo la infinita alucinación que la melodía del caos les inyecta. Otros, prefieren ser parte de una experiencia más vasta, expandiéndose como una mancha de petróleo etéreo sobre todas las manifestaciones que pueda contener el universo, y esto, con el pasado, presente y futuro diseñado por su cuerpo tetradimensional; por lo que experimentan las manifestaciones pasadas, presentes y futuras de cada Ser que penetran, simultáneamente. Y también existen aquellos, que simplemente prefieren cabalgar sobre la melodía hasta el caos primigenio que la produce; hasta la caótica explosión hiperdimensional que es Azathoth. Y allí, unirse a los oficiantes embrionarios, en la celebración del eterno aquelarre en honor a Azathoth; danzando sobre el trazo de un círculo infinito; y pulsando ellos también, la sempiterna melodía del caos.

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